Por: Lina Fierro para Milagros Urbanos
Porque nuestro suelo es el recurso no renovable base para la producción de nuestros alimentos, y ha sido víctima del abuso por la ambición y el desconocimiento, la ONU declaró este año 2015 como el Año Internacional de los Suelos (el 2014 fue el Año de la Agricultura Familiar). El objetivo es que todos estemos enfocados en aprender más acerca de ellos, tomar conciencia de cómo podemos influir con nuestras acciones, y forjar cambios en todos los niveles, marcando un progreso en la sostenibilidad ambiental mundial tan anhelada.
El suelo es la base para el futuro sostenible del planeta
Algunas razones son:
- Dependemos de suelos sanos para producir alimentos de alta calidad nutricional y limpios.
- El suelo es la base para la producción de medicinas, fibras y combustibles.
- Alberga la cuarta parte de la biodiversidad del planeta, de la que depende el buen funcionamiento de los ecosistemas para nuestro propio beneficio. “Hay más organismos en una cucharada de suelo sano que gente en el planeta”, según la FAO
- La estabilidad de la estructura y los micro-ecosistemas del suelo son factores determinantes en la capacidad de almacenamiento y filtración de agua, lo que nos permite enfrentar las inundaciones y sequías, y tener disposición de este recurso vital cada vez más escaso.
- El suelo es clave en la mitigación del cambio climático, pues secuestra la mayoría del carbono cuando está saludable y cubierto de vegetación, y reduce la emisión de gases de invernadero.
¿Qué es el suelo?
El suelo es todo un ecosistema de organismos no vivos, que interactúan entre ellos y con su entorno continuamente y cumplen diferentes roles haciendo uso de muchos recursos. Bacterias, hongos, virus, protozoos, insectos y gusanos, entre otros seres vivos son componentes de procesos vitales para el equilibrio en el suelo, que en interacción con el aire, el agua y la materia orgánica, hacen posible la vida de las plantas que son la principal fuente y materia prima para la producción del 95% de nuestro alimento. La ciencia conoce tan solo una décima parte de sus secretos, de tal manera que cada acción que tomamos sobre el suelo, por más estudios previos, puede convertirse en un desastre impensado a largo plazo.
Para que un suelo este sano, necesita conservar una cantidad adecuada de materia orgánica a lo largo del tiempo para que siga siendo productiva para las próximas generaciones, pues este esta es la condición primordial para que los integrantes del suelo puedan ejercer sus funciones como hacer los nutrientes disponibles para las plantas, descomponer la materia orgánica y controlar enfermedades y plagas, al mismo tiempo que mantienen la estructura del suelo apta para la oxigenación, la retención de nutrientes y filtración de agua.
¿Qué es lo que hemos hecho tan mal?
Nos hemos tomado el papel de gobernadores de la naturaleza, aunque somos, desde un punto de vista más objetivo, parte y administradores de ella. Nuestra generación pasará al igual que las anteriores y no nos llevaremos nada de todos estos recursos, pero si dejaremos las consecuencias de nuestro paso por esta tierra que tendrán que asumir nuestros hijos, tal como nosotros hemos asumido los daños catastróficos tan evidentes de nuestros antecesores.
Los malos manejos del suelo que se han tenido, en especial los últimos 50 años, nos han representado daños irreparables. La alta demanda agrícola por el aumento acelerado de la población e innovadoras tecnologías desarrolladas para suplirla, han resultado en la sobre explotación del suelo, sin tenerse en cuenta la recuperación de su materia orgánica. Esto ha llevado al rompimiento de sus ciclos de nutrientes y del equilibrio del agroecosistema.
Algunas de las prácticas que decrecen aceleradamente la materia orgánica en el suelo son la quema de los restos de vegetación o la labranza – movimiento mecánico de preparación del terreno para cultivar – del suelo. Adicionalmente los monocultivos de grandes extensiones de tierra, no permiten el descanso y la regeneración del suelo, además de ser el ambiente propicio para la diseminación de plagas y enfermedades sin control, al no poseer enemigos naturales en el ecosistema y haber poca diversidad de especies vegetales, que a su vez llevan a la reducción de especies animales asociadas a ellas, entre otros factores.
Esto ha llevado también al uso cada vez más desmedido de químicos para fertilizar y controlar plagas, enfermedades y “malezas”. Como consecuencia, la degradación de sus microambientes y con ello la reducción de la diversidad y cantidad de organismos del suelo. El suelo pierde entonces progresivamente su capacidad de descomponer materia orgánica, y su estructura misma se vuelve muy susceptible al daño. Estos junto con otros malos manejos en conjunto, han generado suelos secos, pobres y contaminados alrededor del mundo. Treinta y tres por ciento (33%) del suelo mundial está en un nivel de moderado a altamente degradado.
¿Sabías que para el 2050 seremos aproximadamente 9000 millones de personas en el mundo? Eso implica que debemos tomar acción si queremos salvar nuestros suelos.
¿Qué podemos hacer ahora?
Este año, la FAO tiene varios objetivos específicos, que puedes consultar aquí. Adicionalmente hay varios enfoques alternativos que se vienen trabajando a nivel mundial en pro de la conservación de los agroecosistemas, como por ejemplo la agricultura orgánica, en la que se cultiva sin el uso de productos sintéticos u organismos genéticamente modificados, involucrando además rotaciones y animales como parte integral del manejo, regenerando los suelos de manera natural para que perduren en el tiempo.
Ahora enfoquémonos en el alcance que como ciudadanos responsables con el medio ambiente tenemos. Recuerda que lo que tú haces si impacta aunque no lo puedas ver a nivel global. Es la misión de crear poco a poco una cultura diferente, por eso aquí te proponemos algunos buenos hábitos:
- La agricultura orgánica familiar, y aún más la urbana, contribuye a la regeneración de nutrientes del suelo, porque en nuestros propios jardines es que tenemos completa capacidad de decisión, Milagros Urbanos te da toda la información para hacerlo, y puedes comenzar leyendo este artículo.
- Apoyar a los productores responsables ambientalmente, de esto les hablaremos más adelante en otro artículo.
- Hacer compost! ¿qué mejor forma de cuidar el suelo que con los residuos de tu propio hogar o comunidad? Aquí te contamos cómo compostar.
- Separar las basuras reciclables, ordinarias, y orgánicas, para que otros puedan procesarlas adecuadamente y no sean llevadas a los botaderos, donde terminarán generando toxinas que penetrarán en el suelo y el agua.
- Si tienes una finca, eres el encargado de que se haga un buen manejo del suelo allí, pues es tu propiedad, y es suelo de todos.
- Pronunciarnos como sociedad civil, exigiendo responsabilidad ambiental a los productores de lo que consumimos, pero también a las empresas mineras, petroleras, denunciando, educando cuando no son responsables con el medio ambiente! Somos el determinante de las acciones cuando nos unimos por un propósito común, y hoy en día contamos con más libertad de expresión gracias a las redes sociales.
Hoy es el día de tomar acción por ti, tu familia y todos. Si te gustó nuestro artículo compártelo. Estamos atentos a tus preguntas!
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Os adrezco el compartir con todos nosotros toda esta interesante información. Con estos granitos de arena hacemos màs grande la montaña Internet. Enhorabuena por este post.
Saludos
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